La cocina puede ser muchas cosas: desde hacer violencia con recetas de cabezas degolladas de cabritos, o hacer el amor con recetas de casquería y su ajito latiendo dentro (no olvidemos que el corazón es casquería, amamos con toda nuestra casquería); pero también puede ser una forma de democracia activa, democracia de un cóctel que alterna el gobierno del hielo por el limón o de filosofía de una tortilla que plantea su existencia con un huevo solo y lo que les rodea de historia cultural.
La cocina está llena de convenciones, cuestionarlas es también una obligación moral a nuestro juicio.
Deliciosa receta de Beatriz Quevedo @ilovebundtcakes de 'Dulces todo el año'.
Esta maravilla de la repostería sueca merece un sitio en la mesa esta Navidad.
Tiene el sabor de antes y se prepara como lo hacían nuestras madres y abuelas ...
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