Llamamos “plato supervivencia” a aquel plato que se hace con lo que tienes, no con lo que eliges. Si te han dado calabazas y tienes que volver en septiembre, si las chuletas fueron el primer plato y no te funcionó la memoria, si necesitas ahora pagar una academia y estás pensando seriamente en tu formación profesional; este es tu plato, plato de sudar calabaza, plato de hacer algo dulce. Si pasas, mejor.
Ahora que la celebración de Halloween pone la calabaza de moda, os presentamos un sencillo postre que nos preparó Zinep Emyrsaliyeva en su visita a Entre Col&Col que tiene a esta fruta como protagonista (sí, nosotros también nos acabamos de enterar de que se trata de una fruta y no una verdura). Nos contaba Zinep que en su tierra los tártaros siempre tienen abiertas las puertas de su casa y que las visitas llegan sin avisar, sin necesidad de motivo alguno, sin hora de llegada ni tampoco de partida. Es también habitual -y de buena educación- que siempre haya comida en la mesa, enlazando si es necesario el almuerzo con la sobremesa y la cena. Si no hay nada preparado, se hace sobre la marcha, y este postre a base de calabaza, nueces y azúcar se convierte en un fácil recurso para ese tipo de ocasiones. Tenemos con Zinep muchos planes de futuro que os iremos desvelando en próximas fechas… ¡Estad atentos!
1. Poner en un recipiente 350 gr. de calabaza partida en cubos más bien pequeños y rociar con 30 gr. de azúcar para dejar que la calabaza suelte su jugo. Reservar en el frigorífico si hiciese mucho calor.
2. Pasar la calabaza con el jugo que haya soltado a una cacerola y cocinar a fuego muy suave hasta que rompa el hervor. Tapar y seguir cocinando con el fuego al mínimo hasta que la calabaza esté tierna, unos 20 o 25 minutos. Apartar del fuego y dejar enfriar.
3. Poner una sartén al fuego sin aceite y añadir 50 gr. de nueces peladas. Dejar tostar unos minutos, hasta que veamos que cogen color. Apartar y dejar enfriar. Pasar al mortero y machacar junto a 2 cucharadas de azúcar.
4. Pasar la calabaza escurrida al plato en el que se vaya a servir. Opcionalmente se le puede añadir 1 o 2 cucharadas de miel y unas uvas pasas. En nuestro caso solo incorporamos la mezcla de azúcar y nueces por encima (deben quedar trocitos enteros de nueces).
– Si viésemos que la calabaza ha soltado poco jugo le podemos añadir un chorrito de agua. Es importante cocinar a fuego muy lento.