Bentō (弁当) significa «práctico» en japonés y es una comida individual presentada en una caja de almuerzo con varios compartimentos en los que dividir y combinar varias cantidades de alimentos. La caja se rellena con pequeñas porciones de comida que se separan entre sí mediante otros alimentos, como hojas de lechuga, o separadores de colores, como láminas de plástico o moldes de papel. Además, el bentō se llena con mucha comida para evitar dejar espacios y que la comida se mueva. A veces se utilizan tomates cherry o pedacitos de verduras para rellenar huecos.
Como os estaréis imaginando, no es una simple fiambrera en la que se ponen las sobras del día anterior: su filosofía engloba un almuerzo completo, equilibrado y delicioso. Para ello, un bentō ideal debe componerse de
- 40 % de arroz o carbohidratos
- 30 % de proteínas de carne o pescado
- 20 % de hortalizas o verduras
- 10 % de fruta para el postre
En Japón, el bentō es además una manera creativa y decorativa de disponer la comida. Responde a la armonía visual y, en algunas ocasiones, se intentan recrear personajes o animales con la comida: en el bentō kawaii, los alimentos se preparan de forma determinada para crear animales adorables; en el okakiben, se muestran escenas, animales y personas, y en el kyaraben, que retrata a personajes de la cultura pop.
Tradicionalmente, se preparaba en casa, pero ahora en Japón existen unas tiendas abiertas 24 horas 7 días a la semana llamadas konbini, donde venden distintos tipos de bentos.
Para hallar los orígenes del bentō, debemos remontarnos al siglo XIII, en la época de Kamakura (1185 - 1333), ¡hace unos 700 años! Entonces el bentō se componía de arroz y pescado seco envuelto en hojas; más adelante, en su lugar se hacían bolitas de arroz con vinagre, las llamadas onigiri.
En época de Edo (1603 - 1868), el bentō se asoció a eventos particulares, como el hanami (picnic bajo los cerezos en flor) o hinamatsuri, conocido como Festival de las muñecas o Festival de las niñas. También se consumía en el teatro, durante los entreactos, donde recibía el nombre de makunouchi bentō. Pero realmente no fue hasta la segunda mitad del siglo XIX que el bentō se popularizó: el bentō ekiben, que procede de la combinación de las palabras eki («estación de tren») y bentō, era el que se consumía en el tren, y los japoneses podían adquirirlo en las mismas estaciones.
En una sociedad en la que es casi inevitable comer fuera de casa durante la pausa del trabajo, se han hecho populares estas cajitas que permiten consumir un almuerzo saludable y casero. Y tanto si te preparas tú mismo/a tu comida como si te la prepara un ser querido es siempre especial el momento en el que abres tu bentō y toda la oficina se inunda de los olores de tu hogar.
Por Aurelia Duchemin
En algún momento de sus prolíficas vidas, los filósofos pensaron en comer. Os desvelamos algunas curiosidades gastronómicas.
Presentamos la segunda edición de la Beca Emilia Pardo Bazán de literatura gastronómica.
Inauguramos oficialmente la temporada de ver, rever y requetever Pesadilla antes de Navidad, un clásico de Tim Burton.
A lo largo de 2022 nuestro proyecto editorial ha podido, por segunda vez ...