Hablamos del Rubicón del horno, hablamos de un césar de tomo y lomo y de una sola legión de canela a sus espaldas y sabemos que de la opción de cruzar ese río hirviendo viene la ansiada libertad. A toda la población absorta en la reunión de tu casa le viene bien el sabor de un general revelándose en la boca. En su bandeja servido, mirando al populacho, dice el general: alea jacta est.
Cuando éramos pequeños esta era una receta para los días de fiesta o para ocasiones especiales, en aquella época en la que los langostinos eran todo un lujo. Esa época en la que la fiesta era mucho antes de comer, alrededor de la cocina, esperando con el aire lleno de canela. A todo el mundo le sorprendía muchísimo la utilización de leche y canela en la preparación de un plato de carne, pero el resultado estaba a la altura de esa sorpresa. Por eso nos resistimos a que pase de lo especial a lo diario, como los langostinos. No queremos que pueda ser incluido en el menú semanal, nos resistimos a que esa novedad se pierda, a que suceda como aquellas cosas que deseamos mucho y que incluidas en lo cotidiano, casi no se ven, perdieron su magia por la insistencia de estar. Hagamos la fiesta con su sorpresa, hagamos la fiesta con su cotidianeidad, hagamos la fiesta con el olfato que es el más evocador de los sentidos.
1. Unas horas antes de cocinar este plato, hacer unos cortes en el lomo a distancias regulares de unos 3 cm. (dos dedos) hasta poco más de la mitad de su grosor. Majar en el mortero los 4 ajos pelados y cortados en trozos, 1/4 de cucharadita de pimienta negra recién molida y 1 cucharadita de sal gruesa. Untar el lomo con esta mezcla y rociar con el medio limón exprimido con la mano. En las incisiones introducir los palos de canela partidos. Escurrir las patatas y reservar.
2. Precalentar el horno a unos 180º o 200º.
3. Disponer el lomo en una fuente colocando alrededor los 40 gr. de manteca de cerdo en cuatro o cinco bolitas y las patatas. Llevar la fuente al horno.
4. A media cocción (a los 30 minutos aproximadamente) volcar los 100 ml. de leche sobre el lomo. Dejar hacer otra media hora.
5. Servir cada ración acompañada de patatas y cubrir con un poco de la salsa por encima.
La domesticación del garbanzo como cultivo para consumo humano se remonta a 7500 años atrás