Sericaia

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El postre vertido a cucharas desencontradas.

Es un postre muy de monjas: imaginar a una monja cocinando es garantía de cosa casera, esto merecería una revisión: ¿las monjas cocinan solo con cosas ecológicas de su huerto y sus gallinas y sus canelos y sus limoneros y sus vacas? ¿las monjas tienen todo el tiempo y por eso es casero? ¿las monjas rezan a la vez y Dios les ayuda? ¿el mimo de una monja a un plato es diferente y más auténtico? ¿tienen recetas escondidas entre los libros devotos que nadie más conoce para hacer un negocio? ¿por qué las monjas hacen postres caseros y los monjes alcoholes caseros? Uy, no hemos hablado de la sericaia en todo el texto; da igual, es mucho mejor probarla.

Ingredientes

6 huevos
750 ml de leche
90 g de harina
200 g de azúcar
1 palo de canela
Cáscara de 1 limón pequeño (solo la parte amarilla)

1 · Colocar la mariposa en el vaso y añadir las yemas de 6 huevos y 200 g de azúcar. Batir 5 min/vel 3.
2 · Añadir 750 ml de leche, un palo de canela, la cáscara de 1 limón pequeño y 90 gr. de harina y programar 10 min/90º/giro a la izquierda/vel 2. Debe quedar con la consistencia de una crema. Retirar el palo de canela y la cáscara de limón y reservar.
3 · Lavar muy bien el vaso, colocar de nuevo la mariposa y batir las claras a punto de nieve 6 min/vel 3,5. Mezclar con cuidado con la crema reservada con la ayuda de unas varillas.
4 · Disponer en un plato o fuente redonda de unos 34 cm de diámetro, preferentemente de barro u otro material similar con la ayuda de una cuchara de servir. Deberemos hacerlo en cucharadas grandes y escalonadas desde el centro hasta los bordes, y otras atravesadas. De esta forma se abrirán grietas en la superficie al hornear. Espolvorear con canela.
5 · Llevar al horno precalentado a 180º. Cuando se comiencen a abrir las grietas bajar la temperatura a 150º para que se termine de hacer por dentro (unos 20 min a 180 ºC y 10 min a 150 ºC).
6 · Retirar el exceso de canela de la superficie y servir en porciones. En Portugal la acompañan con ciruelas de Elvas en almíbar.

Si alguna vez habéis estado en Portugal, en la zona del Alentejo que limita con Extremadura, probablemente os habréis topado con este postre en la carta de un restaurante o en las vitrinas de alguna pastelería. Al parecer, tiene su origen en los conventos de las Clarisas de Elvas y Vila Viçosa, donde tenían excedentes de huevos y canela.

Los portugueses tienen una repostería extraordinaria y la sericaia, además de ser una buena muestra de ello, es relativamente fácil de hacer en casa. Solo hay dos cosas a tener en cuenta para alcanzar la perfección (como las monjas en su camino hacia Dios): hacerla en un plato o fuente de barro que distribuya de manera uniforme el calor y disponer la mezcla en ese recipiente en cucharadas “desencontradas”, o primero en un sentido y después en otro de forma radial, para que al crecer en el horno la masa se termine agrietando. Nosotros conseguimos lo primero, y lo segundo… lo seguimos intentando. Si de verdad la canela es afrodisíaca, sabed que lleva una cama redonda encima de canela.

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