Cebollitas agridulces a la romana
Tu neurosis es una cebolla agridulce, está estudiado: la capa primera es el cliché, la segunda capa es el rol, la tercera aprender a vivir sin esos roles y abandonar, por tanto, los lugares seguros que llevan a la cuarta capa, el contacto con la muerte de ese rol y a la quinta, la explosión divina de recrearlo, de dar vida a lo muerto, de inventar. Y llorar y reír y llorar y reír y llorar y reír, porque la última capa de la cebolla se repite. Bonito mundo enganchado en todo.

Descubrimos estas cebollitas en Italia, donde las toman de antipasto, ya sabéis, la palabra que los italianos utilizan para referirse a lo que se sirve “antes del plato”, antes de comer. El equivalente quizá sea nuestro aperitivo, esas tapas que se elaboran dentro de casa y se presentan como antesala de la comida. El caso es que estas cebollitas nos parecieron deliciosas para acompañar el salami, las aceitunas y el queso que nos ofrecieron. Pero también nos encantó su versatilidad para pasar del anti al pasto, para acompañar carnes asadas, a la plancha o frías o, como bien dice Rachel Roddy, autora del libro de donde procede la receta, probad a poner un par de rodajas de estas cebollas en un sándwich con queso cheddar y tendréis una buena alternativa al Branston pickle inglés.

Ingredientes
Para 6-8 raciones (como parte de un antipasto o como condimento)
1 diente de ajo
3 cucharadas de aceite de oliva
1 cucharada colmada de azúcar
Agua
Fuente: adaptación del libro Five quarters: recipes and notes from a kitchen in Rome, de Rachel Roddy.
Cipolline in agrodolce alla romana o Cebollitas agridulces a la romana
1. Pelar los 600 gr. de cebollas y poner en un recipiente cubiertas de agua fría durante unas 4 horas; pasado ese tiempo, colar y reservar. Picar dos de las cebollas y el diente de ajo muy finos y cocinar con las 3 cucharadas de aceite de oliva en una cacerola de fondo grueso.
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