De postre un bizcocho de limón y arándanos que sabe a mundo de Blyton, con solo probarlo viajas a Kirrin. Ay, cuántos peniques, cuántos emparedados y cuántas empalizadas como hogar furtivo hay detrás de cada bocado de este bizcocho. Los cinco tomaron, así a ojo, quinientas galletas, cuatrocientas cervezas de jengibre, ciento cincuenta latas de jamón en conserva y quinientos pedazos de pasteles como este. Leer genera recuerdos de algo levemente vivido.
1. Precalentar el horno a 180º mientras vamos preparando la masa.
2. En un bol, tamizar 325 g de harina, 8 g levadura de repostería y 8 g de sal. Reservar. En otro bol, mezclar con unas varillas (con la pala, si usamos una batidora, con mariposa a velocidad 3 1/2, si usamos thermomix) 225 g de mantequilla a temperatura ambiente con 350 g de azúcar y la ralladura de 1 limón hasta que se convierta en una mezcla cremosa, aproximadamente unos 5 minutos.
3. Añadir a continuación, uno a uno, 3 huevos, batiendo 1 minuto antes de incorporar el siguiente. Agregar 1 cucharadita de pasta o esencia de vainilla.
4. Incorporar a la mezcla de azúcar, huevos y mantequilla, la harina y 180 ml de buttermilk en tandas, empezando y finalizando con la harina. Añadir finalmente los arándanos y mezclar con una espátula.
5. Engrasar un molde de plumcake de unos 29 x 10 cm con mantequilla, espolvorear con harina, eliminado la sobrante, y verter la mezcla. Hornear durante 50 minutos o hasta que al introducir un palillo, este salga limpio.
– Si no se tiene buttermilk, se puede elaborar con la misma cantidad de leche a la que incorporaremos un chorrito de zumo de limón. Dejamos reposar 10 minutos, damos unas vueltas a la mezcla (que parecerá leche cortada) y procedemos de la misma manera con la receta.