La cocina puede ser muchas cosas: desde hacer violencia con recetas de cabezas degolladas de cabritos, o hacer el amor con recetas de casquería y su ajito latiendo dentro (no olvidemos que el corazón es casquería, amamos con toda nuestra casquería); pero también puede ser una forma de democracia activa, democracia de un cóctel que alterna el gobierno del hielo por el limón o de filosofía de una tortilla que plantea su existencia con un huevo solo y lo que les rodea de historia cultural.
La cocina está llena de convenciones, cuestionarlas es también una obligación moral a nuestro juicio.
En la mayoría de las ocasiones, no nos paramos a pensar que todo lo que nos rodea tiene una carga histórica y cultural inimaginable.
El hornazo es una receta típica de Salamanca, una especie de empanada...
Un pastel sin temporada, sácale partido a esas conservas que llevan meses en la despensa.
Con menos de un siglo de tradición y a base de ingredientes humildes, el ramen ha conquistado el paladar del mundo gastronómico...
Comer es también, una forma de mantener cerquita tu patria, esa que intenta defenderse con sus costumbres y sus manías...
Beca Emilia Pardo Bazán de literatura gastronómica para escritores/as en residencia.
La sangría mágica: antioxidante, astringente, diurética y refrescante.
Sangüich, bocadillo, emparedado, sándwich, torta, untada, bocata...
Os aseguramos que no encontraréis una bebida más refrescante y efervescente para el verano.